Hablar de Energía femenina no puede entenderse como sinónimo de Mujer así como energía masculina no es sinónimo de Hombre, ambas fuerzas se dan en cada unx de nosotrxs, en cada cosa que existe.
Es una Danza constante en el Universo entre:
El Día y la Noche.
El Calor y el Frío.
El Fuego y el Agua.
El Sol y la Luna.
El Cielo y la Tierra
El Hacer y el Ser.
Entre lo Masculino y lo Femenino.
Esta Danza nutre la Creatividad, a través de ella se reproduce y perpetua la Vida.
Ninguna de estas dos energías es mejor que la otra, las diferentes cualidades que ensalza cada extremo de la polaridad hablan de funciones distintas pero no de jerarquía.
No existe lo bueno y lo malo, la oscuridad asociada a algo negativo no nos deja entregarnos al descanso, a la parada y la nutrición.
El lado oscuro, Yin, representa la Energía Femenina, el Hemisferio derecho del cerebro, el Ser…los Ciclos de la Vida.
En nuestra forma de vida, esta parte la hemos negado.
Y entonces la parte Yang, activa, racional, Masculina, se cree superior, explota y machaca lo femenino.
Así cuando niego lo que siento, me separo de la vida.
Esta Danza sucede en lo macro y en lo micro, en los ciclos estacionales, con las emociones, en la relaciones y en mi propio equilibrio.
En cada mujer y en cada hombre existen estas dos Fuerzas. El equilibrio llega cuando la energía masculina se pone al servicio de la femenina, la mente al servicio del corazón, de la vida.
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