La Matriz tiene el tamaño de una berenjena.
Es el músculo más fuerte del cuerpo, además del más elástico y flexible.

Late como un corazón, desplazándose hacia abajo con la excitación erótica. La frigidez suele traducirse en una matriz bloqueada, inmovilizada y desplazada hacia arriba.
El latido del útero se traduce en la sensación de placer, que nos aporta sensaciones de seguridad, conexión y centro.
En ella gestamos vidas humanas, surgen proyectos y creaciones de la más diversas índole.
Cuando recuperamos la conciencia de la matriz podemos sentir su movimiento y latido. Como está conectado al sistema nervioso voluntario, podemos empujar nuestros músculos uterinos ampliando su onda expansiva.

¡¡Es posible recuperar la movilidad y sensibilidad de la matriz!!