La receta siempre es sencilla.
Ayer, teníamos un fuego que calentaba la sala, alfombras en el suelo, el humo de la Salvia, del Copal y el Palo Santo.
Ellas, guitarra en mano y con la voz de su corazón, nos hablaron de Lilith, nos trajeron su presencia, su energía y la libertad que ella representa.
Nos contaron lo que realmente le sucedió, aquello que la hizo negar y esconder su fuerza, su belleza y el sonido de su canto.
Por mucho tiempo ha estado escondida en lo mas obscuro del bosque…casi tanto que rozó el olvido.
El mismo olvido en el que vivió nuestra Sexualidad, cuando nos negamos lo que Es y huimos o desconocemos nuestra propia belleza.
Belleza que no es un estándar o canon externo, pues siempre hay belleza cuando la expresión es espontánea y auténtica.
Nos pusimos faldas largas, con vuelo. Debajo, dejamos el cuerpo libre y sin más telas.
La invitación era jugar, divertirnos, llevar la atención al cuerpo, sentir la música, expresar y bailar…bailar y bailar.
A veces sola, algunas veces por parejas, luego todas juntas.
En círculo, de la mano, sin levantar los pies de la Tierra… Tus movimientos me inspiran, la mano que me coge también me lleva…siento mi cuerpo y exploro sin miedo hasta donde me puedo mover.
Me mareo y las manos de las otras, el circulo, me sujeta…
y me permito perder el control, en total expansión, sin dejar de sostenernos.
Después de la tormenta siempre llega la calma.
Nos expandimos para después contraernos,
seguimos juntas,
ahora siendo sonido, suspiros, murmullos,
vibración, contención,
silencio, risas y llanto.
Y llegó el momento donde nos soltamos, nos separamos para seguir cada una su camino.
Ahora cada una se sostiene así misma, bien presente en el espacio que sólo ella puede ocupar.
Con las manos impregnadas de aceites esenciales nos trazamos en el cuerpo la onda de placer que le recorre…en una meditación corporal de Amor Propio, que nos nutre, nos despierta, nos llena de gozo.
De un placer que no vino de nada de afuera, que no depende de nada externo. De un placer que nos conecta con la Alegría de Vivir, con la sabiduría que llevamos dentro.
Con los mismos ingredientes cada una hizo un guiso distinto.
Una dijo que estaba conmovida porque por primera vez en mucho tiempo se había gustado mucho mucho a sí misma.
Otra disfruto de lo lindo solo con ponerse la falda y bailar libremente; ella siempre llevaba pantalones, había olvidado la libertad que te da vestir falda.
Otra se rió mucho y ella es una mujer muy seria, que no suele encontrar motivos para reir …
Otra, con toda su entrega, entró en trance, le hormigueó la cara, las manos, se le olvidaron las palabras.
…..
Todas teníamos el cuerpo radiante, caliente, la piel tersa, la matriz vibrando…
los ojos súper brillantes!!
Ni una foto…sólo nos quedó la experiencia!!
Gracias por buscarme.
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